Capricho de domingo.

El destino tiene las manos manchadas
de mi sangre.

Mi felicidad esta en la punta de tu lengua.

A veces me duele el corazón,

cuando lo encuentro.

Fue en un pueblo con mar,

una noche;

después de un concierto.

Nos dieron las diez, las once, las doce,

y la una,y las dos,y las tres;

y la luna nos encontró al anochecer jugando al escondite.

Me siento, rara,

a esperarte hasta que vuelvas.

Y decidas decidirte.

Y decidas decirte.

Son las noches más frías de verano,

y nos fugamos.

Nos estrellamos.

Equivocarme es una forma de conocerte.

-Te conozco como a la palma de mi mano.-

Habláis de precipicios sin conocimiento de causa.

-No le conocéis.-

Tengo un mar en la ventana que me da los buenos días

todas las noches;

es un poco como tú.

Me encuentro buscándote,

me busco encontrándote.

Estaba deseando volver;

y ahora que estoy aquí

solo quiero irme.

Es que oigo tu sonrisa a todas horas.

Hueles bien,

y sabes mejor.

Y entonces elijo:

elijo andar descalza y enseñar mis cicatrices,

y correrme cada vez que dices mi nombre.

Aunque soy ceniza de mis cenizas,

de tus cigarros mal liados.

Y mis heridas de guerra tienen la forma de tu sexo por la mañana;

elijo tu espalda para quedarme a vivir.

No me queda más remedio que quererte;

así que apaga

y quédate.

Te voy a salvar cada domingo con mi saliva.

Voy a quererte a sangre fría.

Es una amenaza.

-Sin pistola,

sin navaja.

Sin bragas-

Estoy intentando mantenerte en equilibrio,

pero resbalas.

Sálvate tu,

yo ya no me quedo.

Y vuelvo a elegir;

me quedo y me tiro de cabeza.

Elijo que sea domingo todos los días;

porque tengo que decirte,mi amor,

que cualquier domingo es el más bonito para follarnos.

Elijo morir por dentro 

si eso significa vivirte entero.