De postre; yo.
Ahora que ya no estás,
y que el vino sabe a vino;
y los ceniceros están llenos de ti.
Ahora que ya no estás,
y que las noches son más gatas,
y las despedidas son sin dudas
o con ellas.
Ahora que ya no estás,
y el odio es inevitable.
Ahora, que sigues sin estar,
que yo he hecho camino al andar
con una copa en la mano,
y moratones y cicatrices en la espalda.
Ahora que ya no estás,
como nunca,
como siempre joder.
Ahora que no estás,
que no quiero que estés
y que a trompicones hemos llegado hasta aquí;
a base de manos, carreteras, luces de neón
y muchas cosquillas.
Y qué de puta madre cada noche que nos bajábamos las ganas
y perdíamos norte, sur y el mapa entre las sábanas.
Pero ya no estás,
ahora que no estás.
Como nunca,
como siempre...
Ahora que dueles.
Y que como dice Andrés,
el amor son dos rosales
y tú y yo no fuimos ni uno entero.
Tanto ir y venir,
al final me he perdido yo.
Me has perdido tú,
a mí.
Ahora la que no está soy yo.
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